Allan Taggart

Cuando se trata de valores empresariales, no basta con las palabras.

Un compromiso real con los valores es esencial para la reputación de una empresa, la moral de los empleados, el éxito a largo plazo y la confianza con las partes interesadas.

Aunque “El Lobo de Wall Street” pueda parecer atrevido y emocionante en Hollywood, en el mundo real, la realidad es que los grandes empleados se sienten más atraídos por empresas y organizaciones que ejemplifican valores y una ética sólidos. Una reciente Encuesta Global de Integridad de EY, destacada por Positive Psychology.com, reveló que un impresionante 97% de los encuestados cree que la integridad es un pilar fundamental para cualquier corporación. Además, un estudio reciente publicado en el International Journal of Ethics and Systems (mayo de 2024) proporcionó evidencia empírica que vincula la integridad de los empleados con un mejor rendimiento en el lugar de trabajo.

La Importancia de Sostener Valores Empresariales Genuinos

Buscar el beneficio a cualquier costo no es una filosofía sostenible. La evidencia demuestra cada vez más que unos valores y una ética sólidos pueden mejorar el rendimiento financiero de una empresa a lo largo del tiempo. Sin embargo, muchas organizaciones enfrentan críticas por simplemente hablar de sus valores sin un compromiso genuino, tratando las declaraciones en su sitio web como si fueran suficientes. Este enfoque puede, en última instancia, llevar a la desilusión entre las partes interesadas.

A nivel personal, esto resuena profundamente con mis propias experiencias. Mientras que algunos pueden prosperar con la emoción de ganar dinero a cualquier precio, nunca he aspirado a ese estilo de vida y no recuerdo haber conocido a nadie que lo haya hecho. Además, numerosos estudios indican que las organizaciones con valores claros y una reputación de integridad atraen a candidatos de mayor calibre. Fui testigo de esto de primera mano durante un reciente proceso de reclutamiento para ExceEd Workshops, donde nuestro compromiso con valores empresariales claros resultó en un grupo de solicitantes que me dejó asombrado y un poco intimidado. Me recuerdo a mí mismo que es esencial trabajar junto a personas que me inspiren a crecer.

No obstante, es preocupante que, a medida que las empresas publican cada vez más declaraciones de valores en sus sitios web y emiten comunicados de prensa anunciando sus buenas obras, existe una creciente inquietud de que el lugar de los valores y la ética se esté degradando a la simple finalización de una lista de verificación. Además, se está convirtiendo cada vez más en una función de marketing y relaciones públicas en lugar de integrar estos principios en la cultura de la organización. En cierto sentido, mientras una empresa haya publicado una “declaración de ética” aceptable y trabaje para publicitar sus “buenas obras”, esa parte del trabajo está hecha, pueden darse una palmadita en la espalda y volver a hacer lo que siempre han hecho sin cambios reales en el comportamiento.

Hablar de valores sin actuar puede parecer atractivo, ya que las empresas que defienden genuinamente sus principios a menudo enfrentan desventajas comerciales. En contraste, las organizaciones que dependen de sus equipos de marketing para crear una imagen pública favorable pueden mejorar su posición en el mercado al afirmar que se adhieren a prácticas éticas, incluso si esas afirmaciones no están respaldadas por acciones reales. Además, un compromiso superficial con la ética puede desviar el escrutinio inmediato tanto del público como de los reguladores, permitiendo a estas empresas mantener una fachada de integridad mientras evitan la rendición de cuentas.

Los Riesgos de los Compromisos Éticos Superficiales

Los riesgos de relegar los valores a una estrategia de marketing son significativos. La reputación de una empresa puede sufrir enormemente si sus compromisos éticos se perciben como poco sinceros. Lo hemos visto en casos de alto perfil como el de Volkswagen, que enfrentó una severa reacción después de que el escándalo de las emisiones socavara sus afirmaciones de responsabilidad ambiental. Del mismo modo, Boeing fue criticado por priorizar las ganancias sobre la seguridad y la transparencia a raíz de los accidentes del 737 Max, lo que generó dudas sobre sus estándares éticos.

Estos ejemplos ilustran las posibles consecuencias para las grandes corporaciones, pero las repercusiones pueden ser igualmente críticas para las pequeñas y medianas empresas (pymes). Los empleados tienden a sentirse desconectados e insatisfechos cuando observan una desconexión entre los valores declarados de una empresa y sus prácticas reales, lo que lleva a mayores tasas de rotación y dificultades para atraer al mejor talento. Los inversores y socios también tienen cada vez más en cuenta el desempeño ético de una empresa en sus procesos de toma de decisiones. Las empresas que no practican lo que predican pueden tener dificultades para forjar relaciones sólidas con estas partes interesadas esenciales. Además, con el auge de las redes sociales, incluso las empresas pequeñas pueden enfrentar críticas a nivel mundial si se perciben como hipócritas o deshonestas.

En resumen, si bien mantener valores genuinos tiene un costo, descuidarlos o reducirlos a una mera lista de verificación puede ser mucho más perjudicial. A las empresas les va genuinamente mejor si cultivan sus valores y se comprometen a vivir de acuerdo con ellos.

Referencia: An empirical investigation into how employee integrity shapes work performance in the public sector. Journal of Ethics and Systems (06 de mayo de 2024) Konadu, Mensah et al.

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